El primer vehículo propulsado a vapor fue creado por Nicholas-Joseph Cugnot en 1769. Se trataba de un verdadero triciclo con ruedas de madera y llantas de hierro, y pesaba 4,5 toneladas.
Años más tarde, la idea fue tomada y desarrollada en Inglaterra. Así, se construyeron coches y tractores que podían transportar entre 10 y 20 pasajeros cada uno. Eso sí que a ¡24 kilómetros por hora!.
Una nueva fórmula aparecería en 1860 con el belga Etienne Lenoir, quien patentó el primer motor a explosión. Pero éste seguía siendo el principio. Pasaron un par de años hasta que el alemán Gottlieb Daimler construyó el primer automóvil propulsado por un motor de combustión interna en 1866. Comenzaría entonces una nueva industria y un nuevo mercado.
Daimler ideó una variante de apenas 41 kg. que sería el precursor de todos los motores posteriores a explosión. Es más, sobre ésta el ingeniero mecánico Karl Benz (1844 -l929) diseñó el primer vehículo utilizable impulsado por un motor de combustión interna.
Y Benz era muy bueno en el tema. Piensa que después de patentar en 1886 su invento, presentó un primer automóvil de cuatro ruedas con su marca en 1893 y construyó un coche de carrera en 1899.
En 1926 se fusionaron Daimler y Benz para integrar la Daimler-Benz, que sería la predecesora de la famosísima Mercedes Benz. De ahí en adelante, la competencia y las mejorías en torno a los vehículos fue impresionante. La rueda inflable había sido inventada en 1875 por el escocés Robert W. Thompson, pero ya la había mejorado un veterinario compatriota suyo, John Boyd Dunlop, quien en 1888 patentó un neumático que pasó a utilizarse en automóviles y bicicletas.
En 1897 y luego de años de esfuerzos, Robert Bosch consiguió desarrollar un magneto de encendido de aplicación práctica y casi simultáneamente comenzó a funcionar el motor de autoencendido de Rudolf Diesel, que no requería de un sistema eléctrico de ignición.
El combustible para los motores comunes no era problema. Y es que el profesor de química Eilhard Mitscherlich había descubierto la bencina (o naphta) en 1833.
Louis Renault armó su primer auto en un taller instalado en los fondos de la casa de sus padres. En 1892, el norteamericano Henry Ford armó su primera máquina rodante con motor a nafta y en 1908 lanzó el Ford T, pero su nombre acapararía la fama sólo cuando a partir de 1913 disminuyó significativamente los costos al instalar en su fábrica de Highland Park la primera cadena de montaje. La fama del Ford T fue batida por otro popular automóvil, el Escarabajo de Volkswagen.
Sin embargo, hubo otros grandes. Por ejemplo, el aristócrata y corredor de carreras Charles Stuart Rolís, Ettore Bugatti, Ferdinand Porsche, Armand Peugeot, André Citroën, Ferrucio Lamborghini y Enzo Ferrari.
